Por amor a… la valentía y la cobardía

Hace un tiempo, una amiga me dijo que yo era una persona valiente por haber renunciado a mi trabajo en Italia y haberme vuelto a España. La verdad es que le agradezco muchísimo el comentario, pero creo que ella se equivoca. Yo soy, básicamente, una persona honesta. Y esa es la razón por la que me he vuelto a España.

Valiente quizá lo sea en parte, es decir, algo de valentía ante algunas situaciones es posible que tenga. Pero lo que de verdad es valiente, de verdad, es trabajar de autónomo en Vodafone ganando una media de 250 euros al mes y tener que pagarte tú la gasolina y la seguridad social. Eso sí que es valentía y lo demás son tonterías.

¿Y la cobardía? Pues para cobardes tenemos unos cuantos por ahí. Hoy simplemente me voy a centrar en uno. Se llama Alfreddy el Químico. Y es político de profesión. Cobardón de afición. Hay que ser cobarde, pero cobarde de verdad, para no atreverse a dar la cara ante los periodistas y echarle el muerto a Soraya Rodríguez de la chapuza del pacto ese entre PSOE y PP acerca de la política europea. Un pacto que, por otro lado, a la Merkel le importa un pito. Porque ella es la que tiene la sartén por el mango en todo este tema y como ya dije anteriormente, ni aunque Rajoy y Rubalcaba fueran pilotando un Panzer, la iban a acojonar. En fin, ellos sabrán lo que hacen…

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