Las películas de mi vida (X): Scaramouche

"Nació con el don de la risa y creyendo que el mundo estaba loco. Y ése fue todo su patrimonio". Con esta frase, que bien se me podría aplicar a mí, empieza la obra literaria de Rafael Sabatini llamada Scaramouche. Yo hoy voy a hablar de la obra cinematográfica que protagonizaron Stewart Granger, Mel Ferrer, Eleanor Parker y Janet Leigh.

Scaramouche es una de las mejores películas del cine de capa y espada, un género cinematográfico que me encanta. Probablemente sea una de las mejores películas de Stewart Granger, aunque tiene otras. El reparto es bueno. Eleanor Parker está muy bien en un papel que le sienta como anillo al dedo, y que no es otro que hacer de mujer testaruda, celosa, con mala leche, pendenciera, peleona, luchadora… Me encanta lo bien que le salen ese tipo de papeles. Y Janet Leigh, a la que muchos la conocerán solamente por ser la chica de Psicosis, está muy bien en su papel de aristócrata refinada y vulnerable en la Francia anterior a la Revolución Francesa.

La historia de Scaramouche es la de un buscavidas, un pícaro trovador enamorado de una actriz cómica de teatro, que ve cómo un aristócrata, el Marqués de Maynes (interpretado por Mel Ferrer), asesina en un duelo a su buen amigo Felipe de Valmorin después de haberle provocado. Tras ese cruel asesinato, nuestro buscavidas (de origen noble, pero bastardo), llamado Andrés Moreau, buscará venganza contra el Marqués de Maynes. Para ello, tendrá que aprender a ser un espadachín, puesto que el marqués es uno de los mejores de Francia. Todo esto teniendo como telón de fondo la Francia anterior a la revolución.

También nuestro buen embaucador se enamorará de la que él cree su hermana, Alina de Gavrillac, interpretada por Janet Leigh. Alina, precioso nombre, sin duda. Y el apellido ya ni te cuento. Alina de Gavrillac… ¡qué bien suenan estos nombres franceses, coño!

Lo mejor de la película son, sin duda, los duelos de capa y espada, especialmente el duelo final, que dura unos 10 minutos. Ese duelo es de los mejores de la historia del cine. Dura todo ese tiempo y hubo que parar el rodaje porque Stewart Granger se cayó del palco durante la grabación de la escena del duelo, y se rompió algún hueso. Hay un momento del duelo en el que ambos luchan paseando por la barandilla del palco del teatro. Y ahí es donde, rodando, Stewart Granger perdió el equilibrio en una toma y se cayó. La escena se terminó cuando el actor principal se hubo restablecido de la caída. Es una escena preciosa. Los alardes físicos y técnicos de toda la secuencia son una maravilla, tanto por parte de Mel Ferrer, de Stewart Granger o del director.

Algunas de las cosas que más me gustan de la película son los momentos cómicos. Como cuando Andrés Moreau y su novia (Eleanor Parker) se pelean a sartenazo limpio, ya sea en el carruaje de ella (que recordemos que es actriz ambulante) o en el propio escenario del teatro, ya que Andrés tiene que hacerse pasar por actor de teatro para disimular, pues es considerado un traidor al ser amigo del finado Felipe de Valmorin (conocido por ser un propagandista de las ideas revolucionarias). Aquí es cuando Andrés adopta el personaje cómico y teatral de Scaramouche. Las representaciones teatrales de Scaramouche son muy graciosas y muy bonitas.

También otro momento cómico que me gusta mucho de la película es cuando las dos mujeres que aman a Scaramouche, que son Eleanor Parker y Janet Leigh, se alían para evitar que Andrés Moreau tenga que enfrentarse en duelo al Marqués de Maynes, al que ha jurado matar en venganza por la muerte de su amigo. Ellas se alían y consiguen que nunca se encuentren: o bien consiguiendo favores de la Reina para que tenga alejado al marqués de la ciudad de París; o bien apareciendo Alina por el bosque en vez de su prometido el marqués, a quien ya estaba Moreau esperando para retarle en un duelo.

Pero una de las frases que más me gustan es una que se repite muchas veces en los Estados Generales (una especie de Cortes Generales que tenían los franceses antes de la revolución), donde se ve que los diputados de la nobleza y los del Tercer Estado se retan y se matan en duelos. Por eso los diputados de la plebe, que están siendo masacrados por los buenos espadachines nobles (especialmente el propio Marqués de Maynes), piden ayuda a Andrés Moreau para que sea diputado y pueda igualar la balanza de muertos. Esa frase, muy graciosa, se repite cada vez que uno de los duelistas ha matado al otro. Y consiste en que cuando se está pasando lista a los diputados y llega el turno de nombrar al que ha muerto en el duelo, el que lo ha matado se levanta y dice: "El diputado fulanito del distrito menganito estará ausente de esta asamblea A PERPETUIDAD". Jajajajajajajajajajaja. Con eso les dejo. Vean la película. Sobre todo, si les gusta el cine de espadachines.