Por amor a… las guapas, las holandesas, la camarera y, sobre todo, a Elisabeth Shue

Ayer tuve una experiencia increíble. Sin palabras. Ayer me vi envuelto por un harén de señoritas despampanantes. Y, atención, ¡fue en Valencia! Quiero decir que no necesité irme a Suecia o a Rusia o a Islandia.

Primero parece ser que llegaron las guapas. Luego llegamos nosotros. ¿Quiénes eran las guapas? Pues las guapas eran un grupo de chicas jóvenes españolas, creo que estudiantes, porque algo de su conversación capté. Eran muy muy guapas. Mucho. Vamos, ya le gustaría al Robert de Glasgow ser tan guapa como ellas. Y a ellas ser tan guapos como él. Había una morena (la mejor según mi gusto), un par de rubitas y alguna castaña (de pelo, quiero decir). En fin, que no me acuerdo muy bien porque uno se queda ya aturullado, no sabe a dónde mirar, a quién mirar, ni cuándo ni cómo ni por qué…

El problema vino luego. Y es que vinieron las holandesas. Yo no las vi llegar (probablemente porque eran guapas), pero claro, uno de mis amigos dijo: «¡Mamma mia!» y tuve que ver qué pasaba. Pues lo que pasaba era que un coro de ángeles celestiales se sentó en la mesa de al lado. ¿Con cuál me quedo de todas? Pues si es que da igual. Si eran todas maravillosas. Blancas de piel, lechosas a más no poder. Rubias, pelirrojas y hasta una morena. Pues si me tengo que quedar con una, elijo a la pelirroja. ¿Por qué? Pues porque era la más fea y ya saben ustedes que uno tiene querencia por ellas, máxime si son pelirrojas.

¿Y qué decir de la camarera? Era la doble de Elisabeth Shue. Era una rubia española guapísima. La mejor de todas. Me dieron ganas de decirle: «Señorita, ¿me concede el honor de acompañarla a su casa?».

Pero como uno ya está viejo y, la mayor parte de los días, cansado, pues sigue prefiriendo a Ségolène Royal. ¿Por qué? Pues porque esta señora, la Royal, ha parido ya cuatro veces y parece que no lo haya hecho nunca. Y también porque es francesa. Y ya saben ustedes el aura que las francesas siguen teniendo en el imaginario colectivo de un fan de los Ozores y de Pepito Piscinas. Que se lo pregunten, si no, al señor de Murcia que se casó con Ninette…

¡Vive la France!

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Una respuesta a Por amor a… las guapas, las holandesas, la camarera y, sobre todo, a Elisabeth Shue

  1. Cadet dijo:

    Las guapas, esas diosas de piernas largas o piernas cortas, esas chicas con autoestima y que se cuidan, camareras, actrices, Erasmus, médicos, secretarias, y un largo blabla. Mujeres. Siempre puede haber sido la iluminación del bar. La luz nos hace guapos.

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