Las películas de mi vida (XIV): Irma la Dulce

Me he dado cuenta hoy de que entre todas las películas que he comentado en mi blog, no había ninguna dirigida por el gran Billy Wilder. A eso le voy a poner remedio hoy, aprovechando que he vuelto a ver Irma la Dulce. De paso, he actualizado las fotos del espacio poniendo algunas de la propia película y otras muchas de la magnífica Shirley MacLaine, protagonista de esta película que voy a comentar.
 
Irma la Dulce es, sin duda, una gran película. De las mejores de Billy Wilder. Y además, es una película muy de Wilder, de su estilo. Voy a intentar explicar por qué.
 
Billy Wilder era, probablemente, un gran cínico. Pero un gran cínico moral. Todas sus películas, al menos las que ahora me vienen a la mente, estaban cargadas de contenido crítico hacia el mundo y la sociedad que conoció, especialmente la sociedad americana (aunque Irma la Dulce esté ambientada en París es irrelevante). Billy Wilder canalizaba su mirada crítica y ácida a través del cinismo de algunos de sus personajes y de la candidez de otros. Aun a pesar de su cinismo, todas las películas de Billy Wilder que yo recuerdo tenían un contenido moral (no sé si moralizante, quizá también) o quizá pretendía al final siempre suavizar la crítica de algún modo. Como queriendo decir: "Esto no me gusta. Lo critico. Me río de ello, lo satirizo, lo ironizo, lo banalizo… Pero, en el fondo, no es tan terrible, forma parte de la vida normal". En ese contexto, Irma la Dulce cuadra perfectamente en este tipo de películas muy de Wilder, ya fueran comedias (como es el caso de la que voy a comentar hoy) o dramas. Me estoy refiriendo a películas como El Apartamento, Bésame Tonto, Primera Plana, En Bandeja de Plata, Un Dos Tres… Todas estas películas suelen tener unos secundarios muy cínicos y unos protagonistas muy cándidos. Y no necesariamente los cínicos son los malos. Porque algunos usan su cinismo para ayudar.
 
En Irma la Dulce, el personaje de Nestor Patou (interpretado por Jack Lemmon) es el de un pánfilo e inocente gendarme francés que acaba expulsado del cuerpo de policía precisamente por ser honrado, por no ser inteligente y hacer la vista gorda. Al pobre desgraciado no se le ocurre mejor idea para hacer cumplir la ley de escándalo público que hacer una redada en el barrio de las putas precisamente cuando el inspector jefe de policía está utilizando los servicios de una de estas señoritas. Si a eso le añadimos que al tonto de Nestor Patou todos los chulos del barrio le han puesto dinero en la gorra de policía para que haga la vista gorda, pero que el muy idiota no se ha dado cuenta y la lleva puesta encima con todo el dinero del soborno dentro… el resultado no podía ser otro que el que fue. En cuanto tuvo que presentarse al jefe de policía creyendo que le iba a felicitar por su redada, se dio cuenta de que el tío al que tenía delante era el mismo al que había detenido antes en el hotel de las putas. Y ya cuando su jefe le dice que se descubra la cabeza cuando hable con un superior y al hacerlo empiezan a volar los billetes del soborno de los chulos… Entonces ya el resultado no podía ser otro que acabar de patitas en la calle. Eso sí, la redada le proporciona la oportunidad de conocer a Irma la Dulce, de la que él se enamora.
 
El personaje cínico e inteligente que ayuda a nuestro amigo Patou a conquistar a Irma, y que le aconseja (con todo el cinismo del que es capaz) que vale la pena hacerse chulo, no perder las tradiciones del barrio y que las chicas trabajen por ti… Ese gran personaje, que aparece siempre en todas las películas de Wilder, aquí se llama Moustache y es el dueño del bar que está enfrente del hotel de las putas. Es un personaje fascinante, porque a su cinismo e hipocresía hay que añadirle una extraordinaria capacidad para embaucar y liar a cualquiera. El tío presume de haber sido tantas cosas distintas en la vida que si fuera todo verdad, debería de ser centenario o bicentenario en edad. Eso sí, nadie le discute nada de lo que dice. Entre otras cosas porque al final, sea verdad o mentira todo lo que afirma que ha sido, siempre cumple lo que le toca hacer con éxito, no como algunos ministros del PSOE. En definitiva, ¡qué gran personaje!
 
Al final, nuestro Nestor Patou se convierte en el chulo de Irma la Dulce, pero (y aquí es donde viene la parte moral de la historia, o simplemente la parte romántica) él no quiere ser su chulo. Él quiere ser su novio o su marido, no su chulo. Y al pobre infeliz no se le ocurre otra idea que trabajar él por las noches como un negro; inventarse e interpretar él mismo un personaje ficticio (un tal Lord X) aparentemente rico que se convierta en cliente habitual de su amada; pagarle mucho por cada encuentro para que ella no tenga que recurrir a otros clientes y hacer de ese modo que su amada deje de ser una puta. Pero el problema lo tiene él. Es él quien quiere que Irma deje de ser una prostituta, porque no soporta (al estar enamorado de ella) que otros se acuesten con ella. Pero para ella, lo más normal del mundo era tener muchos clientes, ganar mucho dinero y con ese dinero mantener a su novio/chulo. Ella quería que su chulo fuera el mejor vestido, el más arreglado… en definitiva, la envidia de los chulos del barrio. Jajajajajajajajajaja.
 
¡Y qué decir de Irma la Dulce, excelentemente interpretada por Shirley MacLaine! Solamente decir que yo, al ver cómo esas hermosas piernas lucían esas medias o leotardos verdes que siempre llevaba puestos Irma, hubiera hecho exactamente lo mismo que el pobre Nestor Patou. Lo mismo. Jajajajajajajajajajajajaja.
 
Y antes de acabar, quiero mencionar el nombre de otro de los chulos del barrio de la película. Concretamente, el que era chulo de Irma hasta que llega Nestor Patou. Solamente aquellos que conozcan esa gloriosa escena de los toros y los bueyes, sabrán apreciar el nombre de este chulo. Se llamaba Hipólito el Buey. ¿A quién te recuerda este personaje, Gran Justo? Jajajajajajajajajajajajajaja.
 
Irma la Dulce creo que es, sobre todo, una hermosísima historia de amor. Una de las grandes historias de amor del cine. Por lo menos del cine cómico. Espero que los que no hayan visto la película, la vean. Porque es una maravilla.
 
Ya más adelante, hablaré largo y tendido de Shirley MacLaine, de El Apartamento, de por qué Wilder la eligió a ella para ese papel cuando tenía en mente a Marilyn Monroe, etcétera. En el futuro hablaré más sobre Wilder. Pero como diría Moustache en la película: "¡Eso es otra historia!".
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4 respuestas a Las películas de mi vida (XIV): Irma la Dulce

  1. ☆ Lady Atelier ☆ dijo:

    Irma la Dulce es una de mis peliculas favoritas…. me alegra que te guste…. la peli lo vale
    Un saludo desde Barcelona

  2. Ignacio dijo:

    Gracias. Me alegro de que te haya gustado y que hayas dejado un comentario.

  3. ☆ Lady Atelier ☆ dijo:

     
    Hola de nuevo Nacho….
    Me encanta el cine antiguo… tiene un glamour especial… y veo con agradable sorpresa que estas echo todo un experto en la materia…. con tu permiso entrare a visitarte a menudo, puesto que este Blog es como un santuario especial y maravilloso para los cinefilos… Sigue asi por favor
     
    PD: Ademas me encanta tu ironia je je je
     
     

  4. Ignacio dijo:

    Me alegro de que te guste. Gracias por visitarlo. Puedes volver cuando desees. Muchas gracias.

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