Las películas de mi vida (II): El Graduado

Tal y como prometí cuando empecé la serie de "Las películas de mi vida", hoy voy a escribir sobre El Graduado. Es de las dos películas que creo que más me han marcado junto con El Tren. La acabo de volver a ver esta noche, aunque la primera vez que la vi tenía unos 6 ó 7 años. No tendría más. Recuerdo que el único motivo por el que elegí verla fue porque en la carátula de la cinta salían las piernas de una mujer mientras ésta se ponía las medias, con la imagen de Dustin Hoffman al fondo. ¿Fue una elección acertada para un niño de 7 años? No lo sé. Quizá no, pero volvería a hacerlo. De todos modos, a mí nadie me advirtió de lo que iba a ver.
 
Vista de nuevo, después de tantos años, he de decir que las escenas sexuales de la película no son para tanto. Pero no lo son para un individuo adulto, quizá sí para un niño. De hecho, la película es recomendada para mayores de 13 años. Supongo que ver los sujetadores de la señora Robinson o sus tetas me marcó. También quizá gracias a esta película siempre tuve bastante "respeto" por las mujeres como la Sra. Robinson, que pueden joderte bastante la vida o intentarlo al menos. Las escenas que más recordaba de la película, antes de volver a verla hoy, eran la de las medias, la escena en la que la Sra. Robinson sale desnuda y se le ven (mediante fotogramas intercalados como hacen con la publicidad subliminal) las tetas, las escenas en que Dustin Hoffman va a la deriva (ya sea en la colchoneta en la piscina o conduciendo el coche) y la fabulosa escena final de la huida de Dustin Hoffman y Katharine Ross vestida de novia en el autobús. Ya no me acordaba de lo guapa que estaba Katharine Ross en esta película. ¡Qué finura de chica americana! Luego pondré algunas fotos para recordarla. Ah, y se me olvidaba mencionar la banda sonora, probablemente de las 10 mejores bandas sonoras de la historia del cine. Sí, algún día tendré que hacer otro ranking con las bandas sonoras y otro con los guiones. Lo haré.
 
Recuerdo que la primera vez que vi la película, me enamoré de Katharine Ross. Luego, para mi desgracia, me di cuenta de que acabó siendo una actriz que no llegó a triunfar tanto como se esperaba de ella. Es decir, tanto Dustin Hoffman como ella estaban empezando en el cine por aquel entonces; sin embargo, Dustin Hoffman acabó convirtiéndose en una estrella que Katharine Ross nunca ha sido, excepto para mí.
 
Anne Bancroft ha sido una actriz a la que siempre le he tenido un cariño especial. La primera vez que la vi actuar fue en El Graduado. Su personaje de la Sra. Robinson ha sido, probablemente, el que más fama le ha dado, el que más reconocimiento le ha proporcionado. Confieso que no he visto muchas películas suyas, quizá por eso sea difícil de entender que le tenga un cariño especial a esta actriz. Recuerdo ahora mismo algunas películas suyas como Agnes de Dios, el Prisionero de la Segunda Avenida (excelente comedia con Jack Lemmon) y un pequeño papel que me encanta cómo lo interpreta en Malicia. Incluso tiene algún western. Me parece una excelente actriz: nervio, carácter, genio, mala hostia interpretando, garra, coraje… Me gusta.
 
Yo creo que la película ha sido tan importante por la música y porque a todos los hombres nos hubiese gustado que la Sra. Robinson nos hubiese iniciado en el sexo. Al fin y al cabo, era una mujer madura (y por tanto, experimentada) que no había perdido aún ni un ápice de atractivo físico. Pero a todos los hombres nos gustaría haber tenido nuestra primera experiencia con una mujer que supiera lo que se hace, aunque probablemente todos hubiésemos acabado queriéndonos casar con la hija. Jajajajajajajajajajaajja.
 
También había olvidado la dulzura, no sólo de rostro, sino de carácter, de Elaine Robinson (la hija de la Sra. Robinson). ¡Qué decir de una chica que accede a seguir hablando contigo e incluso a huir al final contigo después de saber que has estado liado con su madre casada! Eso es una maravilla de chica, de las que no existen, claro. Por eso tenemos el cine, para hacer realidad (siquiera por unos momentos en una pantalla) lo que nos gustaría que pasara y que no sucede, como bien decía Woody Allen en Annie Hall.
 
¿Un par de escenas con las que me quedo de la película? Me quedo con esa escena en la que se ve a Dustin Hoffman pasando de la piscina a la cama con la Sra. Robinson como abducido, como mecánico, sin sentirlo. Como si la rutina de la acción lo hubiera deshumanizado. Me parece excelente. Y también me quedo, por supuesto, con la escena final de Dustin Hoffman y Katharine Ross (vestida de novia) huyendo en el autobús después de que los padres de ésta la hubieran obligado a casarse con otro. Y todo esto mientras sonaba eso que cantaban Simon & Garfunkel que rezaba:
 
Hello darkness, my old friend,
I’ve come to talk with you again…
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