Robert Taylor

Siempre he tenido un cariño especial por este actor norteamericano. Le llamaban el hombre del perfil perfecto. Creo que a mí me gustaba porque era atlético, vigoroso, bastante fornido y sobre todo, guapo, muy guapo. También quizá le tengo ese cariño especial por los personajes que interpretó, tanto de galán romántico como de héroe de aventuras. Siempre guardo un excelente recuerdo de sus películas: Un yanqui en Oxford, El puente de Waterloo, Ivanhoe, Quo Vadis y una comedia muy entretenida y graciosa que protagonizó junto a Eleanor Parker que se llamaba La Novia Salvaje.
 
Algún día hablaré sobre Ivanhoe, o sobre cómo hacer una excelente (o muy buena) película de un pésimo libro, al menos en mi opinión. Ahora que ya he leído el libro de Sir Walter Scott puedo decir que me parece malo, bastante flojo. Y a pesar de que en la película la trama no es exactamente igual que en el libro, ni muchísimo menos, creo que es infinitamente mejor que el libro. Quizá el problema del libro sea la traducción que yo he leído, que no tenía pinta de ser muy buena, pero creo que no es ése el problema, sino que la obra es floja. Espero que no sea la mejor obra de Walter Scott, porque si eso es lo mejor que escribió… Pero bueno, dejemos eso para otro día.
 
Ahora quiero poner algunas fotos, no muchas en esta ocasión, de Robert Taylor. Y pongo una especialmente para ti, Gran Justo, que sé que lees este blog cuando yo te aviso. Espero que reconozcas a la muchacha rubia de la primera foto (creo que para ti será la primera, en esa posición la verás, creo) que voy a poner. Si te fijas en su mentón seguro que la reconoces, jajajajajajajajajaajajajaja. Digas lo que digas, y sabes que respeto tu opinión, la muchacha del mentón partido era una diosa. En fin, ya sabes que me gusta engañarme con la belleza femenina, como tú muy bien me dijiste un día, cabronazo, jajajajajajajajajajaja. Bueno, y ahora ya las fotos. Ahí van.

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